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Brian Jonestown Massacre
Hace unos meses, estuvimos tocando en Málaga y aprovechamos para ir al CAC, ya que había una restrospectiva de Tracey Emin. A excepción de Antía, ninguno conocíamos muy bien su obra.
A Guille y Eric la exhibición sexual y emocional de Tracey les parecía un poco excesiva de más; empezaron a hacer bromas, nos reimos mucho con Guille, he.
Realmente sobrecogía un poco esa carga sexual y cierta sordidez que sobrevolaba todo… pero al mismo tiempo había algo muy bonito y puro en sus obras.
Estas son algunas de las cosas que más nos gustaron:
Te subías a la escalera y mirabas por un agujero que proyectaba una pieza audiovisual.
Sus colchas de patchwork
Montaña rusa de palitos
Esta es su más famosa instalación porque, con ella, Tracey Emin fue finalista del premio Turner en 1998.
(Me daba un poco de ansiedad)
Muerte a esas series de televisión protagonizadas por matrimonios y parejas que viven relaciones lamentables; series que reproducen clichés patéticos y cutres de cohones, alimentando la mediocridad que reina en nuestra sociedad.
Encima no tienen ni puta gracia.
Esto sí que mola:
Harold y Maude (Hal Ashby, 1971)
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Yo, en cambio, me ataba a a convicción de que si quería ver un cambio en la vida, éste tenía que producirse en Santo Amaro, iniciarse allí. Sosotenia que ir a otro lado supondría una diferencia superficial que me aliviaría de la verdadera responsabilidad: el cambio profundo.
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Los tropicalistas decidimos que nuestra materia prima sería una mexcla genuina de todo lo que sucedía en la vida cultura de Brasil, absolutamente todo: las aspiraciones ridículas de los americanófilos, las ingenuas buenas intenciones de los nacionalistas, la tradicional retaguradia brasileña, la vanguardia… La auténtica creatividad podría resumir cualquiera de sus aspectos y volverlos trascendentes.
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La rebelión contra esa vida mezquina apenas se veía en aquellos colegas que imitaban a los cantantes de rock americano. Por el contrario, su actitud, que sugería un intento torpe por ganar estatus dentro de una escala de valores establecidos y mal interpretados, era, a mis ojos, una nítida muestra de conformismo. Y yo sabía que lo verdaderamente importante para mi, a ellos no les preocupaba.
Caetano Veloso en Verdad tropical